Joaquín Verdeguer García crece en Genthod, Ginebra; a los 16 años estudia arte en diferentes academias y a los 18 años se matricula en Arte y Diseño en la EAAO de Valencia. Posteriormente estudia arquitectura en Oslo y se especializa en arquitectura bioclimática, mientras navega por los fiordos de Romsdal.
De vuelta en España, trabaja intensamente y con bastante éxito. Sin embargo, el estrés y el trepidante tipo de vida de la ciudad le llevan a volcarse en el mundo de la náutica.
Tras un año en Londres donde adquiriere conocimientos en construcción naval, en 2005 empieza un master de 3 años en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de Madrid, donde se especializa en el diseño y construcción de yates; además de formarse en técnicas de laminados y composites en el parque tecnológico de Valencia.
Entre 2007 y 2011 se lanza a diseñar y construir su propio velero el “Pangea” (Audax 47). Desde entonces vive y navega en el Pangea, con Jane su mujer, mientras simultáneamente desarrolla su otra gran faceta, la de escritor.
Entre sus libros, muchos de los cuales están relacionados con la mar, destacan: “Xátiva. Seda y Mar”, “El ladrón de barcos” y “¡Orcas!”. “Arquitectura bioclimática, concepto y aplicación”, “Fagos”, “La balada de Kybernites”.
Agradecemos de antemano a Joaquín Verdeguer su colaboración y que comparta con nuestros lectores en esta entrevista sus experiencias como navegante, diseñador de veleros y escritor.
Joaquín, ¿Cómo son tus comienzos y tus primeras experiencias en el mundo de la navegación a vela? ¿Cómo y cuándo aprendiste a navegar?
Mis primeras experiencias en la náutica de recreo fueron desagradables y casi traumáticas. Yo tenía ocho años cuando empecé a navegar a vela. Mi tutor se llamaba Claude Bigard, vivíamos en Genthod al lado del lago Leman, a seis kilómetros de Ginebra. Claude era entrenador del equipo francés de Copa América, te estoy hablando de los años setenta. Salíamos a navegar en 4.70 los domingos por la mañana, me vendaba los ojos para que al llevar la caña diferenciara el viento real del aparente. Su seriedad y exigencia me hacía temblar de congoja.
¿En qué tipo de barcos has navegado? ¿En qué zonas te gusta más navegar?
He navegado en multitud de veleros, de varias esloras: sloop, ketch, dhow. En cuanto a las zonas es algo muy relativo, depende mucho de la tripulación; he disfrutado mucho navegando en la isla de Cozumel en México. En la isla de Lamu en Kenia. En las islas griegas del Jónico. En la isla de Kekova en Turquía.
Joaquín, has diseñado y construido tu propio velero, ¿Qué te impulsó a realizar este gran proyecto?
Yo andaba buscando un velero de crucero para vivir y navegar por el mundo. Mi anterior velero un 35S5 crucero regata se me quedaba pequeño. Las ofertas de veleros del mercado no cubrían mis expectativas ni mis necesidades. Entonces me acorde de una frase de un profesor de diseño industrial “Si no encuentras lo que buscas; créalo tú” Así que me puse manos a la obra, me fui un año a Londres a aprender técnicas de construcción naval, recién sacado mi título de Capitan de yate. Al volver a Valencia, en el salón náutico de Barcelona, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de Madrid ofrecía un master de tres años + TFM como especialista en diseño de yates, el cual hice para tener los conocimientos. Más un par de cursos prácticos sobre laminados y composites en AIMPLAS en el parque tecnológico de Valencia.
Mi proyecto de estudios fue mi propio velero, tenía constantes roces con Manuel Ruiz de Elvira profesor mío y diseñador del Alinghi de 2007, no daba crédito de mi seguridad y de mi convicción, incluso vino a Benimuslem –Valencia a ver el barco.
¿Qué cualidades has priorizado en tu velero “Pangea”?
¿Alguna característica que sea difícil de encontrar en veleros de serie?
Las prioridades han sido seguridad y confort. En un velero de crucero si no navegas confortablemente las miles de millas se pueden convertir en una tortura. Yo tengo gobierno en la bañera pero también en el interior para navegación en climas fríos, el velero está diseñado para ir a la Antártida si fuese necesario, de ahí su proa lanzada.
Son varias las características… primero: su robustez. El tipo de tejido y su laminado al vacío con resina Epoxi Vinyllester supera tres veces los Hallberg Rassy tan codiciados, un disparo no atraviesa el casco.
Segundo: llevo un taller a bordo con todo tipo de herramienta con su bancada de trabajo y torno, un compresor neumático, un compresor de aire para las botellas de buceo e incluso la lavadora.
Tercero: la trinqueta tiene su propio sistema autovirante.
Cuarto: sus dos mamparos de proa estancos anticolisión. El ancla y el molinete están escamoteados, La jarcia es de varilla, la sala del motor que te permite poder trabajar, su doble sentina compartimentada en cuatro esclusas, son muchos los detalles….la manga de casi cinco metros genera mucho espacio, tiene mucha armariada. Puedes recorrer todo el barco y entrar en todos los camarotes sin tener que agachar la cabeza. La luz del salón con sus ventanas redondas potencia la belleza de sus maderas únicas y elegantes (Leriex radica)
¿Cómo ha sido el proceso de diseño y construcción del velero “Pangea”? ¿Destacarías alguna dificultad?
La ilusión me hacía trabajar día y noche, me faltaban horas. Pedí un crédito de doscientos cuarenta mil euros convencido de que en dos años y medio el velero estaría en el agua, me gaste el doble y tarde cinco años y medio en botarlo. Se trataba de mi proyecto de vida y todo debía estar perfecto pero la crisis también me afectó y tuve que vender una casa, un garaje, mi velero 35S5. La financiación fue lo más agotador y complejo.
Vives con Jane tu mujer a bordo de vuestro velero.
¿Qué destacarías de la vida a bordo? ¿Echáis de menos algo de la vida en tierra?
Francamente estamos muy a gusto viviendo en el barco, tenemos de todo…una gran cocina, nos encanta cocinar y recibir a los amigos. El salón es muy luminoso y te permite ver a tu alrededor. La bañera es amplia cabemos doce personas cómodamente… en resumen es como estar en un catamarán pero en monocasco; que navegan mejor.
La vida del navegante nos permite hacer nuevos amigos constantemente, la amabilidad y la simpatía de la gente con la que nos cruzamos nos hace el día a día lleno de sorpresas y muy divertido. Es cierto que hablar idiomas ayuda mucho.
Pues creo que no…ahora con toda la tecnología puedo estar conectado y trabajar en cualquier momento.
Arte y diseño, Construcción naval, Capitán de Yate. Has realizado una formación continua durante muchos años, ¿te queda algo por estudiar?
La vida misma es una gran escuela, leo mucho e investigo mucho para poder escribir mis novelas, siempre estoy aprendiendo y estudiando.
En tu faceta de escritor has escrito varias novelas relacionadas con la mar, ¿Cuál es tu preferida? ¿Cómo se compagina la vida a bordo, la navegación y la escritura?
Mi novela preferida se titula “La maniobra Boutakow” saldrá publicada en primavera, aunque: el ladrón de barcos es muy divertida, con mucho sentido del humor y se está vendiendo muy bien, todas ellas son muy diferentes…Xativa, seda y mar es más histórica y ¡Orcas! No deja de ser una novela controvertida…tengo muchas expectativas puesta en ella.
Navegar me inspira enormemente, hemos cruzado muchas fronteras y hemos conocido lugares fascinantes que me han aportado la energía en “el ladrón de barcos” desde Canarias hasta Turquía. Escribir es una perfecta combinación y un complemento a la navegación, solo necesitas un boli y una libreta para ir anotando ideas, luego lo vas perfeccionando con el ordenador. Los inviernos suelen ser más productivos al estar más tiempo amarrado.
Has escrito un libro sobre las orcas, que hoy, son una preocupación para muchos navegantes. Cuál es tu opinión sobre: ¿Por qué atacan a los veleros?, ¿Qué podemos hacer para protegernos? ¿Algún consejo?
Atacan a los veleros por una disfunción cerebral por causa de una intoxicación de metilmercurio debido a su dieta alimenticia basada en el atún. Algo parecido al caso de las vacas locas en el Reino Unido en 1986. Pero la administración no quiere hacer nada al respecto, prefieren decir bobadas.
Si necesitamos cruzar el estrecho lo mejor es ir pegado a la costa, con una sonda de entre 10/15 metros de calado y no interferir en su zona de caza alimenticia.
Para finalizar, Joaquín, ¿Qué planes tienes para el futuro? ¿Algún proyecto relacionado con la mar?
Puede sonar extraño pero hemos decidido vender nuestro velero. Hace un año heredé una casa familiar del siglo XVII y la venta del barco me permitiría poder rehabilitar sus cuatrocientos metros cuadrados. Cambiamos el mar por la montaña, un nuevo reto para nosotros….
Pero quien sabe si volveremos al mar una vez finalizadas las obras….el tiempo lo dirá.
Desde «Navegantes Oceánicos» agradecemos a Joaquín Verdeguer, su colaboración con esta apasionate entrevista, y le deseamos mucho éxito literario en la publicación de sus novelas y también mucha suerte en sus proyectos de futuro.