PAULA CAVICCHIA, diplomada en Estudios Antárticos y Turismo Internacional, Master of Yacth, buceadora, y con numerosas titulaciones profesionales relacionadas con la mar, es una reconocida navegante oceánica argentina, regatista y amante del deporte, la aventura y la naturaleza.

Hija y nieta de navegantes argentinos e italianos, regatista en el Rio de la Plata, y ligada al mar desde muy joven, Paula ha recorrido medio mundo y participado en numerosos proyectos, destacando el “Caoba – Rumbo Sur” o las expediciones a la Antártida como Segunda de a bordo del velero “Doblón” (Alegría Marineros Expediciones), cargo que desempeña en la actualidad.

Agradecemos de antemano a Paula que comparta con nosotros sus comienzos en el mundo de la náutica y sus experiencias de exploraciones y navegación oceánica, a través de esta apasionante entrevista.

Entrevista a Paula Cavicchia

Paula: ¿Cuándo comienza tu relación con el mar?,

¿Cómo son tus comienzos en el mundo de la vela?

Mi relación con el agua comienza desde muy chica, con mi padre, amante del mar y socio del club Canottieri Italiani, donde practicaba remo y canotaje. Cuando nací, me llevaba con su canoa y junto a mis hermanos desde chicos remamos por el delta argentino.

Luego mi padre se inició en la vela y compró su primer velero, con él fue donde aprendí a navegar a vela, realice también navegación en kayak en el mar argentino, vela ligera, natación, windsurf, siempre fue mi cuerpo con un medio sin motor el que use para disfrutar del agua.

Eres regatista de Buenos Aires, ¿Qué destacarías de esta faceta?.

¿Es difícil ser proera (proel)?

Si, fui y soy regatista, con membresía en el Y.C.A. (Yacht Club Argentino) y en el C.P.N.L.B. (Club de Pesca y Náutica Las Barrancas), es una actividad en la que sigo activa, porque amo regatear. A mis 26 años participé con mi padre en regatas en dobles, y desde ese momento me mantuve en actividad.

Aunque en los últimos años fui trimmer de velas de proa en regatas de tripulación completa o reducida. Para mi ser proel no es difícil, es solo realizar los movimientos en el momento preciso, coordinando cada maniobra con el resto de la tripulación.

¿Cuales fueron las regatas que más te gustaron de todas las que participaste?

– En New Zealand Women´s National Keelboat Championships ´19, de Nueva Zelanda.

– En la 46 Semana Internacional de la Vela de Ilhabela, Brasil.

¿Qué navegación te gustó más?  ¿Dónde fue? y con quien la realizaste?

La mejor navegación que tuve fue la vuelta completa a las Isla de Capri, Italia. La realicé en un doble proa y junto a mi familia; no solo navegamos, sino también realizamos snorkel en las bellísimas cuevas de la isla.

Hace unos años embarcaste en el proyecto “Caoba-Rumbo Sur”. ¿Puedes contarles a nuestros lectores en qué consistió, ruta, etc.?, ¿Qué destacarías?

Después de realizar diferentes travesías en el año 2020 fui embarcada como tripulación de una nueva travesía oceánica, muy tentadora, ofrecida por un amigo, capitán del yate de acero llamado Caoba.

La ruta consistió en zarpar de Mar del Plata, pasando por Puerto Madryn, Caleta Hornos, Puerto Deseado, Puerto San Julián, Isla de los Estados, Estancia Harberton hasta llegar a  Ushuaia. 

La travesía fue increíble para mi, por muchos factores a destacar, la práctica de navegar con mal tiempo, algo que aprendí en esa travesía gracias a la lectura anticipada de mucha bibliografía de la navegación por la patagonia y teniendo comunicación con navegantes argentinos y chilenos, los cuales me dieron muchas informaciones sobre sus experiencias. También aprendí cómo sobrellevar la convivencia a bordo en los momentos críticos de convivencia, porque no es fácil convivir en pocos metros cuadrados por tres semanas de travesía y también entendí mucho sobre la importancia de formar un buen equipo.

Lo que destacaría de esta travesía es la belleza de las costas de la patagonia Argentina, es maravillosa, con sus caletas, puertos, golfos y su gente, siempre predispuestos a brindar ayuda con buen humor y entusiasmo por los navegantes.

 Has vivido muchas experiencias en la naturaleza y en lugares remotos,

¿Cuál es el mejor momento que has vivido en el mar?, ¿y el peor?

El mejor momento que he vivido y que vivo hasta el día de hoy es el encuentro con animales, cuando estoy navegando y cuando buceo, los animales son lo más bello para mi; Es algo increíble que nunca deja de darme felicidad y de erizar la piel. El último encuentro inesperado y sorprendente con un animal fue en la Antártida, cuando navegando el zódiac rumbo a goleta El Doblón, una foca leopardo (uno de los grandes animales depredadores y más agresivos de la Antártida después de las orcas y que solo vive en la Antártida y en el hemisferio sur) nos siguió, rozó su panza en el zodiak, juguetona, curiosa pero a la vez, un gran animal intimidante y más cuando están cerca de los pontones de los botes, porque suelen atacarlos y morderlos; en esa oportunidad, me alejé de ella, pero no paraba de seguirnos, hasta llegar a unos 100 metros del barco, donde se sumergió en las gélidas aguas hasta desaparecer.

El peor momento que he vivido a bordo es compartir una corta travesía con un hombre violento, poco profesional e irracional. Y el peor momento en el mar, fué una noche abril en el Golfo San Matías; veníamos una navegación tranquila y constante con vientos leves del sector N (norte) y pronóstico de vientos, para las siguientes horas, provenientes del sector SW (Sudoeste) de media intensidad hacia la noche, pero terminó transformándose en un pampero húmedo (es un fenómeno rafagoso, que provoca tormentas cortas con un brusco descenso de temperatura), en la noche oscura y cerrada de luna nueva, nos golpeó una ráfaga muy fuerte que nos rifó la vela mayor (estando con dos manos de rizos), y llegaron a soplar picos de 68 nudos, todo duró unos 25 minutos, entre ráfagas intensas y medias, pasadas las posteriores horas, solo quedó mar de fondo, una vela rota y el recuerdo de una noche intensa..  

 ¿Cómo compaginas la vida familiar con la aventura y la navegación, especialmente las largas travesías?, ¿Es fácil?

Sin lugar a dudas, Luigi, es el mejor compañero. Siempre me empuja a hacer realidad mis sueños, él y mi hija, me extrañan, como yo a ellos, los 3 nos apoyamos en todo, y más cuando me toca estar lejos.

Mis hermanas me siguen siempre y están atentas por donde estoy navegando, al igual que mi cuñado, que es como mi hermano, siempre me alienta y me empuja a nunca bajar los brazos, tengo muchos amigos navegantes que también los tengo muy cerquita y me acompañan siempre, todos están siempre presentes cotidianamente en mis travesías a través de la tecnología satelital. Las videollamadas y las comunicaciones hacen maravillas, no solo para mi, sino también para mis familiares y amigos.

Has realizado exploraciones a vela en la Antártida.

¿Cómo ha sido está experiencia?, ¿La recomiendas?

Ya cumplí mi tercera travesía antártica a vela en febrero de éste año (2023), y ya se acerca la próxima temporada, soy segunda a bordo en la goleta llamada “El Doblón” de Alegría Marineros, y puedo decir que la experiencia es única, combinar la navegación a vela y estar en aguas antárticas es una bellísima experiencia cuando la meteorología lo permite. 

Cada travesía, cada cruce del mar de hoces (Drake), cada viaje es único e irrepetible, los animales parecen ya conocerte, o tal vez uno ya los toma como familia. Es una travesía que todos los que les guste el mar deberían hacer, al igual que los que aman la vida, y el medioambiente puro. Lo recomiendo 100%.

La conservación de la naturaleza, y en particular de los océanos es una preocupación para muchos, ¿Cómo ves la situación? ¿Qué podemos hacer?

La problemática actual del estado de nuestros mares es algo preocupante y que debemos recapacitar y colaborar para que no siga empeorando..

Recuerdo a mis 12 años estar en un balneario con mis padres y ver las playas sucias de residuos de la gente visitante, el estado actual de nuestros mares es producto de muchos años de descontrol del ser humano en espacios costeros. 

Siempre traté de aportar mi granito de arena al cuidado medioambiental, pude lograr acciones de impacto, como el reciclado de residuos plásticos, colaborar con el plan de limpieza de playas y riberas de BsAs, limpieza de la playa de la Isla Chair en en Canal de Beagle, Chile; colaborar en armado de grandes composteras, y colaborar con asociaciones civiles y también gubernamentales.

Todos debemos cuidar nuestros océanos y dejar de consumir productos que posean plástico, y si poseen plásticos, desecharlos en forma responsable. 

A bordo del Doblón (Alegría Marineros) has desempeñado labores de Capitana y Segunda a Bordo en navegaciones oceánicas. ¿Pesa la responsabilidad?, ¿Qué experiencia hace falta?

Si, me involucro en todas las áreas, pero actualmente cumplo el rol de segunda a bordo. Pesa  las responsabilidades, como capitanía o como segunda a bordo. 

La experiencia es fundamental, se debe ser tolerante, proactivo, buen compañero, amable, alegre, servicial, simpático y profesional. El estar embarcado largos períodos en espacios reducidos, no es para cualquier persona, en mi caso siempre me gustó estar y trabajar en equipo, trabajando codo a codo, tanto en las regatas como en las travesías; mientras estoy a bordo, la tripulación pasa a ser mi familia.

Y sin lugar a dudas, el tener un owner que te dé libertad, que siempre esté presente y que tenga confianza en su tripulación, hace que todo funcione bien.

 

Para finalizar Paula, ¿Qué le dirías a un(a) joven que quiera lanzarse a la navegación oceánica?, ¿Cómo se puede empezar?

En principio, que no crean que es imposible, que cumplan sus sueños y no claudiquen su deseo. Que se capaciten con profesionales para poder ser versátiles a bordo de cualquier embarcación, que no se comparen con ningún otro navegante, ya que cada uno, es único. Y como segunda recomendación, evaluar internamente, si es realmente lo que le gusta, porque muchos aman navegar, pero si desean hacer navegaciones oceánicas y no de forma costera, deben realizar una travesía de 10 días como mínimo, yo creo que en ese tiempo cualquier navegante se dará cuenta si es realmente lo que le gusta, si es lo que tanto soñó.

 

En cuanto a cómo empezar, creo que lo mejor es relacionarse y ofrecerse como tripulación de embarcaciones que realicen navegaciones oceánicas. O también que realicen alguna travesía con una compañía que posea embarcaciones a vela y que le dé la posibilidad de colaborar a bordo y no ser tan solo un pasajero, como por ejemplo lo hace Alegría Marineros Expediciones.

 

Desde «Navegantes Oceánicos» todo nuestro agradecimiento a Paula Cavicchia por concedernos esta apasionante entrevista, en la que has compartido experiencias como navegante oceánica, exploradora en la Antártida y amante de la naturaleza. Te deseamos para el futuro «buenos vientos y buena mar», y mucha suerte en tus próximos proyectos. Nos mantenemos en contacto!.