Introducción
En cualquier velero, el motor es un elemento clave, no solo para las maniobras de atraque, desatraque o fondeo, y para tránsitos con poco viento (o con viento de proa), sino especialmente para situaciones comprometidas con mal tiempo, en las que el motor puede ser un elemento de seguridad fundamental.
Un buen navegante debe ser muy cuidadoso con la limpieza del combustible, ya que estadísticamente la mayoría de los problemas del motor (alrededor del 90%) son debidos a utilizar diésel contaminado. El agua, las bacterias (que generan el “moco”) o cualquier partícula de suciedad, pueden causar serios daños en el motor (en los pistones, inyectores, etc.) si consiguen atravesar los elementos de filtrado.
Las bacterias (el moco) o las algas se producen por la presencia de agua en un tanque diésel. Las bacterias encuentran alrededor del agua acumulada en el fondo del tanque las condiciones ambientales y de temperatura adecuadas para crecer poco a poco durante el invierno entre el agua y el diésel, y darnos el susto en primavera o verano cuando empezamos a navegar de nuevo.
El combustible contaminado con bacterias, agua y suciedad taponará los filtros y los conductos de combustible produciendo sistemáticamente la parada del motor. Además, esta situación es más probable con mal tiempo, ya que los bandazos removerán el fondo del tanque (donde se acumula más contaminación) repartiendo dicha contaminación por todo el tanque llegando a los filtros. Es decir, tendremos una mayor probabilidad de parada del motor justo en el peor momento posible.
En este capítulo vamos a ver unas medidas a tomar en un velero para evitar que este problema de contaminación del combustible se produzca, y así reducir el riesgo de problemas durante una navegación. Efecúe Log In para desbloquear.Este contenido solo está disponible para subscriptores de navegantesoceanicos.com