Bernard Moitesier, navegante oceánico. Imagen (libro): El largo viaje.

Introducción

Las cualidades de un navegante, con independencia de que sea hombre o mujer, pueden tener diferentes prioridades o particularidades, dependiendo del tipo de barco, de la navegación que va a realizar, y también del puesto que uno tenga a bordo. En este primer capítulo del libro online “Vida a bordo” nos vamos a fijar en particular en la navegación oceánica a vela.

Por ejemplo, en un barco de regatas de alto nivel, el (la) proel tendrá que ser especialmente ágil para manejar, con rapidez y seguridad, durante una virada en redondo, el tangón del spinnaker, las velas de proa, etc.; mientras que el timonel deberá ser capaz de gobernar el velero y llevar el rumbo con una gran precisión.

En un velero de crucero, especialmente en una larga travesía, como el cruce de un océano, las cualidades personales o humanas, como la flexibilidad y el compañerismo, jugarán un papel fundamental, para tener un buen ambiente a bordo; y pueden marcar la diferencia entre llegar a tierra como grandes amigos o con una tripulación parecida a una jauría humana enfrentada con ganas de desembarcar en cuanto amarremos el barco.

La experiencia y los conocimientos en el manejo de las velas, toma de rizos, el gobierno del barco, la navegación y las comunicaciones, etc. también son fundamentales en un velero, especialmente para una guardia nocturna y con una tripulación reducida.

En muchas ocasiones, un patrón(a) tiene tiempo de formar su equipo con navegantes de su total confianza, y con suficiente antelación antes de una travesía oceánica; pero, en otros casos prácticamente no dispondrá de tiempo para conocer bien o quizás haber navegado previamente con algún miembro de su tripulación. Tratar de conocer y valorar sus cualidades a tiempo es importante, ya que una mala elección de un tripulante puede fastidiar o incluso arruinar una larga travesía en un velero.

A continuación, vamos a ver unas consideraciones generales sobre algunas cualidades que podemos apreciar en un buen navegante oceánico a vela; y que las dividimos en tres grupos:

a) Cualidades personales:

– Flexibilidad.

– Mantener la calma.

– Lealtad.

– Honestidad.

– Compañerismo.

– El “ojo marinero”.

b) Cualidades físicas:

– Agilidad y fuerza física.

– Respuesta al mareo.

– Agudeza visual.

c) Conocimientos técnicos.

– Manejo y trimado de las velas.

– Navegación con mal tiempo. Toma de rizos.

– Gobierno del barco.

– Mecánica y electricidad.

– Navegación y comunicaciones.

– Primeros auxilios.

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