Djemila Tassin al timón. Imagen: Pedro Urrutia.

DJEMILA TASSIN nacida en la isla de La Palma (Islas Canarias), de padres belgas, creció al borde del océano y, así, nació una pasión que se mantiene desde sus primeros recuerdos de navegación por el Atlántico.

Djemila, experta navegante oceánica y oceanógrafa, ha completado dos cruces del Atlántico «en solitario» en las regatas Mini-Transat de 2021 y 2023. En 2021, Djemila fue la española más joven en participar en la historia de esta regata.

Aventurera, siempre positiva y entusiasta, Djemila se apunta a la tercera etapa (LEG 3) de la vuelta al mundo «Ocean Globe Race 23/24» a bordo del velero Swan 57 «White Shadow», patroneado por Jean-Christophe Petit.

La Ocean Globe Race (OGR) 2023/24 es una regata que rememora y celebra el 50 aniversario de la primera regata Whitbread 1973, de vuelta al mundo a vela, con tripulación completa y con escalas. Participan veleros de la misma época que los que lo hicieron hace ya 50 años, siguiendo la misma ruta, con el mismo espíritu, y con similar equipamiento y tecnología.

La tercera etapa (LEG 3) comenzó en Auckland (Nueva Zelanda) el 12 de enero y finalizó en Punta del Este (Uruguay) el 21 de febrero de 2023, después de atravesar el océano Pacífico y cruzar el mítico Cabo de Hornos, con un total de 40 días de navegación ininterrumpidos.  

Agradecemos a Djemila que comparta con nuestros lectores su experiencia en esta aventura oceánica.

Djemila Tassin. Imagen: Pedro Urrutia. 

Entrevista a Djemila Tassin, tripulante del «White Shadow»

¿Cómo ha sido tu experiencia a bordo del “White Shadow” en la etapa de la vuelta al mundo OGR 23/24 en la que has participado (LEG 3)?

Partiendo del estatuto de que yo soy navegante solitaria, mi experiencia a bordo a sido de lo más novedoso, al compartir con 12 personas los 40 días de navegación.

El resultado es más que positivo, con una experiencia inolvidable y unas amistades profundas que se han creado a bordo.

¿Qué destacarías de la vida a bordo durante una larga travesía en un velero? ¿Cómo es la rutina diaria?

La vida a bordo es al mismo tiempo rutinaria y novedosa, ya que vamos turnando las guardias para que no siempre sean los mismos horarios. Así se consigue que a las 2 guardias (de 6 personas) les toque tanto días con mañanas y días con tardes de guardia.

Hay 3 comidas servidas al día y las guardias se reparten en turnos de 6 horas de día y 4 horas de noche.

Guardia de mar. Imagen: Pedro Urrutia.

En esta regata se navega de forma tradicional, ¿Qué diferencias has notado respecto a navegar en un barco más moderno?

Lo más interesante es ver el trabajo del navegante y su utilización del sextante. Es de remarcar la precisión con la que se tienen que anotar los rumbos, velocidades y distancias recorridas para tener registro del avance del barco.

También es gracioso utilizar un walkman y «casette» para escuchar música! Así como utilizar la radio BLU para obtener información meteorológica.

Navegando con mal tiempo. Imagen: Pedro Urrutia.

Respecto a la navegación con los fuertes vientos en las altas latitudes, ¿Ha sido duro? ¿Cómo se ha comportado el barco?

El barco se comportó de forma impresionante, en los momentos más fuertes el barco aguantó perfectamente.

Es interesante ver como la tripulación se va acostumbrando poco a poco a los vientos «en crescendo», y que 35 nudos se navegaban como si nada, hasta que todo el mundo acabada tranquilo hasta navegando con 45!

Es verdad que el día del Cabo de Hornos y de sus 65 nudos marcó un claro umbral, por encima del cual se notaba mas tensión en los timoneles y en la tripulación en general y en las maniobras.

De izqda a dcha: Pedro Urrutia, Ingrid Banus, Djemila Tassin y Guillermo Cañardo.

En la etapa 3 habéis atravesado el océano Pacífico y cruzado el mítico cabo de Hornos. ¿Cómo ha sido este momento?, ¿lo habéis celebrado?

Ha sido una mezcla de emoción, tensión, estrés y felicidad.

Mucho viento y olas grandes en un día muy nublado y navegando cerca de costa hicieron de la experiencia un momento inolvidable.

Veíamos costa por primera vez en 30 días y ¡qué costa! El sur de la Patagonia y la isla del Cabo de hornos en la bruma, fue todo muy de película.

Pudimos celebrar llamando al farero, tomando fotos y bebiendo una buena botella de cava.

Djemila Tassin a pie de palo. Imagen: Pedro Urrutia.

 Antes de llegar a Punta del Este sufristeis una avería en el estay de proa, ¿Cómo conseguisteis seguir navegando?

La verdad que fue una amanecida movida, la rotura, asegurar el palo, entender que y porqué había pasado y encontrar soluciones.

Usamos las drizas de spinnaker para reemplazar el estay, y lo que nos quedaba de mayor para seguir navegando.

Poco a poco fuimos tomando confianza en el montaje nuevo y poniendo más y más velas para seguir avanzando cuando los vientos aflojaron.

Hubo que ir con paciencia pero tuvimos días extraordinarios rodeados de aves, delfines y ballenas!

Djemilla, para finalizar, ¿Repetirías esta aventura de navegación oceánica?

Claramente! Descubrir el gran sur fue increíblemente interesante en términos humanos y de navegación.

Los sistemas meteorológicos a pesar de ser los mismos que en el hemisferio norte tienen otros colores y sensaciones.

El frio, el gris, las olas enormes y largas así como el planeo constante de los albatros es algo que me encantaría poder volver a experimentar.

Desde «Navegantes Oceánicos» agradecemos a Djemilla Tassin su apoyo con esta entrevista, y le deseamos mucha suerte y buenos vientos en sus próximos proyectos y navegaciones.