Introducción.
En el primer capítulo de la serie “Navegación con mal tiempo” vimos la importancia de la reducción del aparejo velico progresivamente, conforme va aumentando el viento, hasta que se llega a la situación de temporal. Sin embargo, cuando se trata de afrontar un temporal con un velero, hay gran diversidad de opiniones sobre cual es la técnica más eficaz, e incluso la terminología que se emplea muchas veces no está clara.
En este segundo capítulo veremos unos factores o consideraciones generales de planeamiento ante un temporal, y aclararemos la terminología sobre la dos posibles estrategias a seguir y que son “capear el temporal” o “correr el temporal”. Describiremos brevemente las diferentes técnicas, enmarcadas en estas dos estrategias, las cuales serán detalladas en próximos capítulos de este libro “on-line”.
Factores de planeamiento ante un temporal.
Los efectos de un temporal en un velero pueden ser demoledores si no estamos bien preparados. La primera gran experiencia en este sentido fue la conocida regata FASNET de 1979 donde zarparon más de 300 veleros, y a causa del fuerte temporal volcaron más de 70, más de 20 fueron abandonados, y apenas 25 fueron capaces de llegar por sus propios medios (la mayoría gracias a haber decidido adoptar la estrategia de «capear el temporal»).
Hoy en día, además, disponemos de un gran número de experiencias de empleo de anclas de capa y dispositivos de arrastre en situaciones de temporal, y muchas se encuentran documentadas en la base de datos de Victor Shane “Drag Device Data Base”, que puede encontrar en este enlace web: DDDB.
Cuando hablamos de temporal, siempre hay que tener en cuenta que el factor más importante es la mar (el estado de la mar es más importante que el viento) y la altura de las olas. Las fuerzas que puede desarrollar una ola rompiente (breaking wave) son enormes; y una ola rompiente se puede acelerar hasta una velocidad de 20 nudos (frente a los 6-7 que tiene normalmente), y puede arrojar varias toneladas de agua sobre la cubierta de un barco. Una ola rompiente de suficiente envergadura cuando choca contra un barco atravesado a la mar conlleva un riesgo inminente de vuelco, y de serios daños al palo, jarcia, aparejo y tripulación.
Son muchas las consideraciones que tiene que evaluar el patrón ante la previsión de temporal, y su decisión principal será la estrategia a seguir, que como ya he mencionado puede ser “capear el temporal” o “correr el temporal”. Dentro de estas dos posibles estrategias hay diferentes técnicas y dispositivos a utilizar (ancla de capa, dispositivo de arrastre, etc.) que os mostraremos más adelante; pero en primer lugar veremos algunas consideraciones generales de planeamiento que también son importantes:
a) La situación meteorológica.
La previsión meteo es un factor clave en caso de temporal, y debe estudiarse con suficiente antelación y detenimiento. El paso de un frente, asociado a una borrasca, va a marcar las situaciones de viento más fuerte y racheado, y con roles bruscos en un momento determinado, que podemos conocer cada vez con más precisión; y conocer la máxima altura de ola e intensidad de viento previsto es fundamental.
En caso de una depresión profunda o ciclón tropical, conocer su intensidad y trayectoria con antelación es todavía más importante, y la trayectoria prevista del mismo debe de ser estudiada para tratar de que modificar nuestra derrota de forma que se aleje del ciclón lo antes posible, y ello condicionará nuestras decisiones en los días previos al temporal. Dedicaremos un capítulo especial a analizar los ciclones tropicales y como evitar el sector más peligroso de dicha trayectoria.
b) Costa a sotavento. La derrota prevista.
Es necesario disponer de suficiente separación a la costa a sotavento (sea room) cuando afrontamos un temporal, para evitar acabar abatiendo demasiado a tierra hasta encontrarnos en una situación comprometida, varados o que incluso lleguemos a perder el barco contra las rocas.
Si tengo poco margen a sotavento, entonces capear puede ser lo más conveniente para evitar acercarme a la costa. También puede ser conveniente capear si estoy cerca del puerto de destino y debo esperar unas horas para entrar, debido al mal tiempo, por una avería o para dejar pasar a un frente.
Sin embargo, si tengo un gran margen de distancia a la costa a sotavento, o incluso si a mi derrota le favorece navegar con el viento por la popa o aleta, entonces consideraremos la estrategia de correr el temporal, inicialmente a vela con poco trapo y posteriormente, cuando empeoren las condiciones, a palo seco con un dispositivo de arrastre largado por la popa.
Por otro lado, no es lo mismo afrontar un temporal en mitad del Atlántico que navegando entre islas, donde cualquier error puede llevarme a una situación peligrosa contra la costa. Es decir, nuestra derrota prevista y la proximidad a la costa a sotavento son dos factores de planeamiento que también van a condicionar nuestra estrategia de temporal.
c) El diseño de nuestro barco para el mal tiempo.
Las formas del casco, el diseño de la orza, el tamaño y la relación desplazamiento / eslora de nuestro velero harán que tenga diferentes momentos de adrizamiento, y mejores o peores cualidades marineras para afrontar un temporal, con unas técnicas u otras.
Hay barcos para los que ponerse a la capa a vela (hove-to) es más difícil, y utilizar determinados dispositivos de arrastre o anclas de capa puede ser más adecuado en caso de temporal. Algunos veleros modernos, con desplazamiento ligero, orzas estrechas y poca obra viva tienen peores cualidades para capear a vela; es decir, para estos barcos capear a vela será más incómodo o ineficaz, y además dejará de ser efectivo o incluso llegará a ser peligroso cuando el temporal alcance cierta intensidad. Sin embargo, otros veleros con una relación desplazamiento / eslora mayor, con la orza más larga y el francobordo más pequeño normalmente tendrán mejores cualidades marineras para el caso de mal tiempo.
Como norma general, la proa del barco está mejor diseñada para recibir las olas y los golpes de mar, y la disposición de la bañera a popa del barco (o bañera central) y sus posibilidades de protección de la tripulación (con o sin pilot house, etc.), son factores también a tener en cuenta. Es muy importante conocer nuestro barco y sus cualidades marineras.
c) La preparación para el temporal.
El nivel de preparación de un velero para un temporal, tanto el material a bordo como la experiencia de la tripulación, también influirá en la estrategia a seguir.
Todo velero oceánico debería disponer de un juego de velas de capa, de pequeñas dimensiones y reforzadas para temporal. Además, dependiendo del tipo de barco, también debería disponer de un dispositivo de arrastre o ancla de capa, con todos los elementos para su despliegue y recuperación a bordo.
Hay que tener en cuenta que en un temporal el barco va a ser sometido a enormes esfuerzos y tensiones, por lo que todo el material (cabos, grilletes, roldanas, etc.) debe estar bien dimensionado. Si no disponemos del material adecuado existen riesgos de rotura (de los cabos por desgaste o aplastamiento, de un grillete giratorio por sobresfuerzo, etc.). Además, los dispositivos de arrastre y las anclas de capa requieren firmes o puntos de sujeción a cubierta muy fuertes, dado el esfuerzo al que estarán sometidos.
Por otro lado, el patrón debe conocer la capacidad, experiencia y los límites de su tripulación y, evidentemente, hay mucha diferencia entre una dotación de regatas profesional que puede llevar el barco al límite, y una dotación más reducida o con menos conocimientos. Un temporal va a requerir un esfuerzo físico en condiciones difíciles y hay que evitar situaciones de excesiva fatiga, agotamiento o pánico. Hay dispositivos, como el «jordan´s series drogue», que una vez desplegado no requiere esfuerzo de la tripulación, ni llevar el gobierno, lo que permitirá a la tripulación descansar en condiciones de seguridad hasta que amaine el temporal.
Además, es muy conveniente haber practicado las diferentes técnicas con un estado de la mar y viento moderados, y no probarlo por primera vez en medio de un temporal. El despliegue de un ancla de capa o de un dispositivo de arrastre no es nada sencillo, y todos los detalles deben estar bien preparados con antelación y ser conocidos por la tripulación.
Estrategias de temporal.
Una vez que hemos visto estos factores o consideraciones generales de planeamiento, vamos a definir las dos posibles estrategias de temporal para un velero y que, como ya hemos mencionado, son “capear el temporal” o “correr el temporal”. En ambas, el objetivo principal es evitar que el barco se atraviese a la mar y sea alcanzado por una ola rompiente (breaking wave) que haga volcar el barco.
Capear el temporal
“Capear el temporal” es mantener el barco con el viento y la mar por la amura (o entre la proa y la amura). Se puede hacer de diferentes formas (a vela, motor, con anclas de capa, etc.) pero todas tienen la denominación común de “capear el temporal” si este se afronta por la amura de nuestro barco.
Las técnicas más comunes de capear un temporal son las siguientes:
a) Capear a motor, con el barco a palo seco, a poca velocidad pero suficiente para tener capacidad de gobierno, y poder mantener el viento y la mar por la amura.
b) Capear a vela, navegando en ceñida, con aparejo reducido y poca velocidad, pero con suficiente capacidad de gobierno para evitar atravesarnos a la mar.
c) “Ponerse a la capa” (“hove-to” o “heave-to” en inglés) a vela, que es una maniobra fundamental y para la que debe estar preparado todo velero oceánico. Con el tormentín acuartelado, la mayor rizada y ajustada, y la caña a barlovento, el barco se queda en posición de equilibrio con el viento por la amura, y abatiendo hacia sotavento. El remanso que se produce a barlovento limita el efecto de las olas contra el barco y mejora la seguridad en cubierta. Esta técnica la veremos en detalle en el próximo capítulo de este libro «on-line».
d) Ancla de capa (Sea anchor) por la proa. Hay varios tipos de dispositivos que se pueden largar por la proa (o amura) y que pueden tener forma de cono o ser del tipo paracaídas, a los cuales se les denomina comúnmente como anclas de capa. Tienen por objeto parar el barco y que la proa/amura del barco se mantenga orientada a las olas. Puedes encontrar más información de un fabricante en este link: Para-anchor. Un ejemplo de un ancla de capa ya desplegada lo podemos ver en la figura, y también lo trataremos con detalle en futuros capítulos.
Nota: La técnica de ponerse a la capa (hove to) puede ser complementaria al despliegue de un ancla de capa; y el uso combinado de ambas técnicas es recomendable en determinadas circunstancias.
Correr el temporal.
Correr el temporal es mantener el barco con la mar y el viento por la aleta (o entre la popa y la aleta), ajustando la velocidad a la de las olas, para mantener el gobierno y evitar que el barco se atraviese a la mar.
Veamos algunas técnicas posibles para correr un temporal:
a) Correr el temporal con aparejo velico reducido. Es muy importante llevar la velocidad correcta, ya que si la velocidad es excesiva existe el riesgo de clavar la proa (pasar por ojo), y si la velocidad es demasiado pequeña entonces corremos el grave riesgo de perder el gobierno y atravesarnos a la mar cuando el barco sea alcanzado por una ola que va a más velocidad que el barco.
b) Correr el temporal a palo seco con motor. Hay que tener en cuenta las mismas consideraciones mencionadas anteriormente sobre la velocidad del barco.
c) Dispositivo de arrastre (Drogue) por la popa. Con el barco a palo seco, el dispositivo de arrastre nos sirve para correr el temporal al frenar el barco, facilitar el gobierno y evitar que se atraviese a la mar.
Ejemplos de dispositivos de arrastre que se han utilizado son:
* Estachas o cabos largados por la popa, a los que se le puede añadir un ancla al final del cabo. Métodos utilizados antiguamente, antes del desarrollo de modernos dispositivos de arrastre para temporal.
* Un dispositivo de arrastre tipo “garelider”. Puedes encontrarlo en el siguiente enlace: Garelider Drogue
* Un dispositivo de arrastre tipo “Jordan´s series drogue”, formado por un conjunto de muchos conos pequeños repartidos en serie en un cabo largo, en el que se reparte la fuerza del arrastre. Puedes encontrar más información en el siguiente enlace web: Jordan´s Series Drogue. Lo considero el dispositivo de arrastre más eficaz para correr un temporal.
Nota importante sobre terminología:
Aunque pueda aparecer en algunas publicaciones, como norma general, no me parece correcto llamar “ancla de capa” a un dispositivo que se largue por la popa, ya que no me encaja conceptualmente. Considero más correcto llamar “ancla de capa” (“sea anchor” en inglés) solamente a los dispositivos que se larguen por la proa o por la amura del barco, y que están diseñados para el caso de temporal. El objeto de un ancla de capa es parar el barco totalmente y que la proa (amura) del barco quede orientada a la mar.
Los dispositivos que larguen por la popa en caso de temporal los denominaré simplemente “dispositivos de arrastre” (en ingles “drogue”), aunque en algunas publicaciones se les denomina también anclas flotantes o incluso anclas de capa. El objeto de estos dispositivos de arrastre que se largan por la popa no es parar totalmente el barco, sino reducir su velocidad y evitar que el barco se atraviese a la mar.




Buenos días. Os agradezco muchísimo la publicación de este fantástico artículo que, para aquéllos que navegamos, hay que aprendérselo casi de memoria. Quisiera asimismo felicitar a todo el equipo de Navegantes Oceánicos por el excelente sitio que habéis desarrollado. ¡Bravo!
Muchas gracias Arturo por el comentario, que nos anima a seguir trabajando y publicando artículos de interés para el navegante.
Sin duda un articulo de mucho interés y muy instructivo, altamente recomendado para leer.
Gracias
Fantástico y super práctico artículo. Excelente trabajo de divulgación el que estáis haciendo. Muchas gracias!!
Muchas gracias