Noa (España) y Joseph (Alemania) son grandes amantes de la aventura y apasionados de la navegación. Hace algo más de un año, dejaron atrás sus trabajos y la comodidad de la vida en tierra para comenzar la gran aventura de vida a bordo de un velero.
Han navegado en su velero por todo el Mediterráneo, incluyendo Croacia, Montenegro, Albania, Grecia, Italia y España, entre otros países. Acaban de comenzar su segunda etapa del cruce del Atlántico, zarpando desde las Islas Canarias hacia las Islas de Cabo Verde.
Agradecemos a Noa y Joseph que compartan con nosotros en esta entrevista, su experiencia de vida a bordo en esta emocionante aventura, y los proyectos que tienen por la proa.
¿Cómo fueron vuestros comienzos en la navegación a vela? ¿Teníais experiencia previa cuando comenzasteis esta aventura?
Podemos decir que ambos tenemos perfiles muy diferentes como navegantes, aunque comenzamos en la misma embarcación y en el mismo lugar, pero con 19 años de diferencia: un vela ligera de 5 metros en el lago Chiemsee, en Baviera (Alemania).
Los inicios de Joseph:
De pequeño (8 años) siempre quise tener un perro, pero mis padres no estaban convencidos. En lugar de eso, me convencieron de que sería mucho mejor comprar un pequeño velero para la familia. Por alguna razón, estuve de acuerdo y mis padres compraron una vela ligera de 5 metros.
La vela me fascinó desde el primer día y, aunque mis padres y hermanos sólo salían al agua para relajarse, yo siempre quise aprender cosas nuevas y, sobre todo, navegar mas rápido.
Cuando tenía 14 años, hablé con algunas personas de la zona para ver si podía participar en regatas. Mi motivación y la fascinación por la vela, enseguida me abrió las puertas para navegar con diversos equipos.
Como la vela se había convertido en mi verdadera pasión, me puse el objetivo de participar en el mayor número posible de regatas y, más tarde, también en sesiones de entrenamiento para mejorar mis habilidades. A los 14 años tuve la suerte de navegar con el equipo de un yate de tipo Libera. Este barco, de 12 metros de eslora y 8,50 de manga, contaba con 14 personas a bordo, 13 de ellas en el trapecio! Era un barco increíble que, a pesar de su tamaño, se podía navegar como vela ligera y cada movimiento y maniobra tenía que realizarse con extrema precisión.
Simultáneamente, aproveché cada oportunidad para entrenar y navegar en regatas con pequeños barcos como el 29er, el 18-footer o pequeños veleros deportivos.
Con el tiempo, la vela pasó a ser una parte esencial de mi vida y decidí presentarme a las pruebas de selección del Sailing Team Germany para unirme al equipo IMMAC ONE4ALL. Tras superar las pruebas, interrumpí mis estudios de ingeniería mecánica para para dedicarme por completo a la vela. En 2013 y 2014, participé con éxito en numerosas regatas nacionales e internacionales a bordo del ONE4ALL, un barco de 49 pies con una tripulación de 14 personas. Mi posición en el barco era la de proel y, también, era el capitán del barco responsable de la toda la parte técnica.
Después de este tiempo de navegación intensiva, llegó el momento de retomar mis estudios y finalizar tanto el grado como el máster. Sin embargo, mi pasión por la vela nunca se apagó, por lo que continué entrenando a otros equipos de regatas, y juntos celebramos muchos éxitos.
Con el paso de los años, ya firmemente establecidos en nuestras carreras profesionales, Noa y yo tomamos la decisión de emprender la mayor aventura de nuestras vidas: vivir y viajar a bordo de nuestro MARLIN.
Los inicios de Noa:
Conocí a Joseph en Kiel en 2013, mientras cursaba el programa Erasmus en la universidad. Aunque mi verdadera pasión siempre fue el baile, al conocer a Joseph se me abrieron nuevas oportunidades para aprender a navegar a vela. Durante dos años, viviendo cerca del lago Chiemsee, aproveché muchos fines de semana para aprender con él en la vela ligera que sus padres habían comprado 19 años antes.
A pesar de haber participado juntos en algunas regatas locales, no fue hasta la compra de nuestro Marlin en 2022 cuando realmente comencé a navegar en el mar. Esto fue algo complementamente nuevo para mí. Desde entonces, cada travesía ha sido una nueva experiencia y una gran oportunidad de aprendizaje.
Para mí la navegación es un deporte complejo que requiere concentración y salir de la zona de comfort. Lo que más me gusta es la tranquilidad y libertad que me transmite el estar en contacto directo y constante con la naturaleza. Una de las cosas que más valoro de la navegación son los aprendizajes adquiridos: las cualidades de navegación y de adaptación a condiciones cambiantes, así como el crecimiento personal que se produce viviendo a bordo. Cada día en el agua es único, y eso hace que la navegación siempre se mantenga interesante para mí.
¿Os ha costado dar el salto a este gran cambio que representa vivir en un velero?
¿Qué os ofrece la vida a bordo que sea tan especial?
La verdad es que no nos costó mucho adaptarnos a esta nueva forma de vida. Antes de vivir a bordo, ya habíamos pasado varios meses viviendo en una furgoneta que camperizamos en 2019. Sabíamos lo que era vivir en un espacio pequeño y todo lo que supone estar en contacto con la naturaleza. Cuando comenzamos esta aventura, sabíamos que tanto la navegación como la vida a bordo significaban estar mucho más expuestos a las limitaciones que impone la naturaleza, y que la vida sería más lenta en comparación con lo que estábamos acostumbrados en tierra. Pero precisamente eso era lo que buscábamos.
Sin embargo, lo que supuso un gran paso para nosotros fue renunciar por completo a nuestra vida en tierra. Para que la aventura fuera económicamente posible, tuvimos que deshacernos por de todas nuestras pertenencias. Cancelamos nuestro piso de alquiler y vendimos todo lo que no venía a bordo. Fue un paso difícil, ya que significaba renunciar por completo a nuestra vida anterior para empezar otra nueva. La despedida de familia y amigos tampoco fue fácil.
Lo que más nos atrae de esta aventura a bordo es el descubrimiento de las distancias entre países y continentes, así como también de nuevas culturas y lugares. En este viaje también experimentamos una evolución a nivel personal. En cada travesía, nos enfrentamos a nuevos desafíos, tanto individuales como en equipo. Cada vez que llegamos a tierra, lo celebramos como un gran logro que nos fortalece inmensamente.
¿Qué cualidades consideráis más importantes que debe tener un navegante para navegar y vivir en un velero?
Para poder disfrutar al máximo del día al día a bordo, es esencial ser apasionado por la aventura, ya que cada día a bordo es único y lleno de sorpresas. El mar siempre nos pone a prueba, por lo que es conveniente mantener una mentalidad abierta. Durante el viaje hemos ido desarrollando nuestra capacidad de adaptación a situaciones nuevas.
También consideramos que el trabajo en equipo es muy importante. La vida a bordo implica una convivencia constante e intensa. La confianza y la comunicación mutua hace que todo funcione mucho mejor, especialmente en momentos de estrés o dificultad. Sin un buen entendimiento y cooperación a bordo, la experiencia puede volverse bastante complicada.
De cara a mantener el barco en forma y resolver problemas inesperados, puede ser muy útil contar con al menos una persona que tenga habilidades manuales y conocimientos técnicos.
Por último, creemos que la organización y la capacidad de comunicarse en diferentes idiomas son fundamentales. Aunque no lo parezca, siempre hay muchas tareas que coordinar a bordo, desde los aprovisionamientos hasta la planificación de las rutas y la gestión de las tareas del barco. La buena organización nos permite evitar grandes sorpresas y garantizar la seguridad y el éxito de las travesías, mientras que saber comunicarnos en varios idiomas nos resulta muy útil para interactuar con personas de diferentes países.
¿Ha sido fácil el proceso de búsqueda del velero? ¿Alguna dificultad? ¿Cómo lo habéis encontrado? ¿Qué cualidades destacaríais de vuestro velero?
La búsqueda de velero no fue fácil, ya que entre 2021 y 2022 el mercado de embarcaciones estaba casi vacío. Durante este tiempo había una alta demanda que produjo una subida de precios, lo que convirtió la compra en un reto. Encontramos a Marlin anunciado en una plataforma online de anuncios privados en Alemania. La calidad del anuncio y las fotografías dejaban que desear, lo que lo hacía menos atractivo y eso jugaba a nuestro favor. Cuando lo visitamos, el estado del barco era mejor de lo que habíamos imaginado a partir de la descripción del anuncio. Por supuesto, había trabajos de reforma y mejoras por hacer, pero estaba claro para nosotros que eso era el compromiso que debíamos asumir si queríamos ajustarnos al presupuesto disponible.
El barco es un Jeanneau Sun Shine 38 de 1988 con una construcción muy sólida. El interior sigue siendo de madera maciza y el casco es de laminado de fibra de vidrio y kevlar macizos sin construcción de sándwich. La forma del casco se copió de un barco rápido de regatas de la época y se construyó en serie como crucero. El Sun Shine 38 es un velero relativamente ligero y con una gran superficie vélica. Esto se nota especialmente cuando muchos otros barcos navegan a motor mientras que nosotros podemos seguir navegando tranquilamente. A pesar de su peso ligero, nos sentimos muy seguros en todas las condiciones y siempre disfrutamos de sus excelentes características de navegación. Nos gusta especialmente la gran bañera, que es aún mayor gracias a la caña del timón.
Habéis navegado por muchos lugares del Mediterráneo,
¿Qué puerto o lugar os ha gustado más? ¿Alguna anécdota?
Es una pregunta difícil de responder, ya que cada lugar que visitamos tiene algo especial. En cuanto a los puertos, no podemos opinar demasiado, porque durante los primeros seis meses de nuestro viaje estuvimos siempre fondeados. Solo atracamos en el puerto de Sali (Croacia) y en el de Saranda (Albania). Ambos son puertos municipales y céntricos, en los que aprovechamos para hacer una parada corta y abastecernos de agua.
Las islas Kornati (Croacia) nos cautivaron como destino natural. Tuvimos la suerte de visitarlas en temporada baja, sin otros barcos ni personas alrededor, lo que para nosotros fue un auténtico paraíso.
En cuanto a la parte tradicional y cultural, Sicilia es un lugar que vale mucho la pena visitar. Nos encantaron Siracusa y las islas Eólicas. Un momento muy especial para nosotros fue ver la erupción del volcán Etna mientras navegábamos por la noche.
La parte más auténtica del Mediterráneo la encontramos en Albania y Montenegro. Además, Marruecos también nos dejó una impresión muy positiva. Excluyendo la bahía de Cotor en Montenegro, estos países no son especialmente interesantes para la navegación, pero conocer la cultura y las tradiciones de estos destinos fue muy valioso para nosotros.
Es importante cuidar el medio ambiente y especialmente los mares y océanos.
¿Qué queréis expresar con “Natural Equilibrium?. ¿Habéis colaborado en algún proyecto relacionado con el medioambiente?
El principal objetivo de la asociación NATURAL EQUILIBRIUM es promover un estilo de vida en armonía con la naturaleza y fomentar una conciencia sostenible. Para ello, creemos que es fundamental promover un modo de vida equilibrado, inspirando y motivando a otros a vivir de manera consciente, teniendo en cuenta los beneficios que nos aporta la naturaleza.
El primer proyecto de la asociación consistió en una campaña de plantación de árboles, llevada a cabo en Austria antes de nuestra partida. Gracias al apoyo de algunos socios, pudimos contribuir de manera significativa a la reforestación de un bosque mixto. En solo dos días, plantamos casi 300 árboles.
Durante el viaje, hemos tenido la oportunidad de conversar con numerosas personas locales sobre las condiciones medioambientales y de compartir la importancia, o en algunos casos, la falta de atención, que se le da a este tema en los diferentes países. En Albania y en España, se organizaron dos campañas de recogida de residuos con la participación de gente de la zona, con el fin de concienciar a la población sobre la problemática actual del plástico.
Con el proyecto Sailing Marlin tratamos de inspirar y concienciar a otras personas de vivir de una forma conectada con la naturaleza. El próximo año nos gustaría seguir llevando a cabo proyectos similares en el otro continente.
Imagino que un barco implica muchos trabajos de mantenimiento,
¿Cómo tenéis organizado estos trabajos? ¿Do it yourself?
Sí, un barco requiere siempre un cuidado constante. Antes de iniciar el viaje, realizamos extensos trabajos de restauración y equipamiento para evitar complicaciones mayores durante el viaje. Desde abril, hemos llevado a cabo revisiones y mantenimientos regulares, lo que nos ha permitido prevenir reparaciones costosas. Estamos muy satisfechos con este procedimiento, ya que, desde que zarpamos, no hemos tenido ninguna avería importante. La mayoría de los trabajos realizados fueron para equipar el barco de cara al cruce del Atlántico.
Estas revisiones periódicas nos han permitido encontrar un buen equilibrio entre el tiempo libre y el tiempo dedicado al mantenimiento del barco. En promedio, dedicamos 1-2 días por semana a esta tarea.
Joseph es el encargado principal de la parte técnica. Gracias a su formación en Ingeniería Mecánica y, sobre todo, a su amplia experiencia como responsable técnico en otros barcos, somos capaces de abordar cualquier problema y garantizar el mantenimiento adecuado sin necesidad de recurrir a ayuda externa. Este enfoque no solo nos permite reducir costes, sino que también proporciona una gran seguridad, especialmente durante travesías largas, ya que conocemos nuestro barco al detalle y estamos preparados para enfrentar cualquier imprevisto.
Preparar un velero para el cruce del Atlántico no debe ser sencillo.
¿Qué aspectos son los más importantes? ¿Algún consejo?
Para nosotros, el proceso de preparación del barco ha implicado algunas horas de trabajo y una inversión significativa en la equipación adecuada.
Uno de los aspectos más importantes, que también aconsejaríamos a cualquier navegante que se enfrente a largas travesías, es el piloto automático, ya sea eléctrico o de viento. En nuestro caso, hemos optado por un sistema eléctrico, que nos proporciona mayor autonomía. Para nosotros el piloto aoutomatico es otro miembro de la tripulación que no necesita comida y tampoco se queja.
El sistema eléctrico es otro punto clave que nos permite ser autosuficientes en cuanto a energía a bordo. Para ello, instalamos baterías de litio con 600 Ah y paneles solares de 840 Wp.
El aprovisionamiento de comida y bebida también es fundamental. Durante nuestra estancia en las Islas Canarias, nos abastecimos con todo lo necesario, ya que en el Caribe la disponibilidad suele ser menor y los precios más altos. Además, hemos cargado más de 100 litros de agua embotellada, sumados a los 360 litros que tenemos en los tanques. Aunque algunos barcos cuentan con desalinizadoras, nosotros, por razones de presupuesto, decidimos prescindir de ella.
En España, realizamos una revisión completa del motor para asegurarnos de que todo funcione correctamente.
Otro aspecto muy importante es el equipamiento de seguridad. Hemos invertido en una balsa salvavida homologada para Offshore, EPIRB, dispositivos MOB y chalecos salvavidas de alta calidad.
Para la navegación, usamos cartas electrónicas que tenemos disponibles en nuestras tablets. También, la señal AIS es esencial para detectar otros barcos y ser detectados.
Además, tenemos Starlink a bordo, lo que nos permite estar conectados a internet y acceder a informes meteorológicos en tiempo real.
Es crucial revisar toda la jarcia y las velas antes del viaje, y asegurarse de llevar de Europa suficientes piezas de repuesto. Las piezas en el Caribe no siempre están disponibles, y los envíos pueden tardar mucho tiempo.
Y, por supuesto, lo más importante es navegar con una tripulación de confianza, con la que tengas experiencia previa. Esto es esencial para enfrentar cualquier desafío con seguridad y eficacia.
¿Qué plan de navegación tenéis a corto plazo? ¿Y a medio / largo plazo?
A corto plazo, nuestro principal enfoque está en la preparación para el cruce del Atlántico. Actualmente nos encontramos en Cabo Verde, realizando las últimas revisiones y ajustes necesarios, mientras esperamos a la ventana meteorológica ideal para cruzar. Si las condiciones lo permiten, tenemos previsto zarpar el 5 de enero.
En 2025, los vientos alisios nos llevarán hacia las islas Antillas del Caribe, comenzando en Tobago y continuando hacia el norte, hasta justo antes del inicio de la temporada de huracanes, que suelen comenzar a finales de mayo o principios de junio. Durante la época de huracanes, planeamos refugiarnos en la parte sur del Caribe y, quizás continuar navegando hacia Colombia y Panamá.
Para 2026, aún no tenemos planes definidos. En principio, consideramos la posibilidad de regresar a Europa, aunque estamos abiertos a nuevas oportunidades y destinos.
Para finalizar, ¿se me olvida preguntaros algo? ¿Queréis añadir algo más?
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- Página web de NATURAL EQUILIBRIUM: Natural Equilibrium – The essential natural balance between people and nature
Para aquellos que deseen vivir la experiencia en tiempo real, hemos organizado tres retransmisiones en directo (Live Streams) durante nuestro cruce del Atlántico. La primera será al izar las velas en Mindelo, la segunda en el medio del océano, y la última al llegar a la isla de Tobago. Cada sesión se realizará por Zoom y tendrá una duración de una hora. Hablaremos en inglés, pero, por supuesto, se puede hacer preguntas en español.
En estas retransmisiones, queremos mostrar cómo es la vida en alta mar, abordando temas clave para el cruce del Atlántico: preparativos, mentalidad, retos, momentos especiales, lecciones aprendidas y muchos otros aspectos. Serán sesiones interactivas en las que responderemos a todas las preguntas sin filtros ni secretos.
Para participar, puedes reservar tu acceso al Live Stream a través de este enlace:
Desde «Navegantes Oceánicos» agradecemos a Noa y Joseph su colaboración con esta interesante entrevista, que seguro que sirve de modelo e inspiración para navegantes que estén pensando en dar el salto a la navegación oceánica, y les deseamos mucha suerte y buenos vientos en vuestras próximas aventuras !
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